Carmen Dardalla por María del Carmen Magaz, 2018

Carmen Dardalla, artista figurativa, polifacética, que experimentó el diseño, la escultura, el dibujo, el modelado y la escenografía, se mantuvo siempre al margen de las vanguardias y los deslímites del arte contemporáneo.
Sus obras se focalizan en la figura humana, muchas veces en los cuerpos desnudos que emergen de la piedra, inspirados en el non finito miguelangelesco, retomado por Rodin; técnica en la que contrasta la sensorialidad de la piedra tallada que parece emerger del bloque en bruto.
Se define por vocación como escultora y su relación con la piedra, la “mera cosa”, como dice Heidegger, quien define al bloque de granito como duro, pesado, extenso, macizo…, marcó su trabajo al punto de hacerse traer el material desde Carrara, Italia.
Según relata, fue un momento de gran asombro en su vida cuando puso por primera vez sus manos sobre el mármol, la experiencia la remitió a la sensación de ser flechada por un relámpago.
La piedra es el origen de sus obras y ellas nos trasmiten un mensaje, ya no como cosa, sino como “algo otro”; la obra de arte remite a algo más que su cosidad, es alegoría y también símbolo.
Experimentó con otros materiales nobles como el bronce, pero fue con las resinas en las que encontró que el trabajo con este material era otro oficio, y que contrariamente a la piedra, la velocidad de la técnica, su liviandad, la transparencia y el juego de colores, le permitían hacer otro tipo de obras como la serie de los Nadadores, los Centauros, los Besos. Sin embargo, su pasión por el mármol siguió firme como el primer día. Las Zapatillas de correr, las Zapatillas Flechas y las Zapatillas All Star, nos remiten, desde nuestra época, a los paradigmáticos zapatos de Van Gogh, y el mármol les otorga una cualidad poco común, al ver transformado un elemento de la vida contemporánea en alegoría y símbolo.

Su vida dedicada al arte nos remite a la vida de varias escultoras argentinas, quienes amaron su actividad de tal manera y con tan fuerte pasión y dedicación que su vida personal dejó de lado la posibilidad de tener hijos, como Lola Mora y Magda Frank. Las mujeres escultoras son excepcionales, la dureza del trabajo con la piedra es agotador y muy demandante. Otras artistas eligen materiales como el metal, en todas sus variantes, podemos citar en el panorama del arte argentino a María Juana Heras Velasco, Alicia Penalba, Noemí Gerstein, entre otras. De todas formas, las escultoras fueron y son excepcionales, hasta en nuestra época, en que las nuevas tecnologías y la multiplicidad de materiales permiten una producción de obra más prolífera, como la que llevan a cabo Marta Minujín, Claudia Fontes, Nora Correas, entre otras.

Como corolario destacar la intención de Patricia Frumento al dar a conocer y difundir a través de un libro digital la obra de esta artista argentina; el poder acercar desde la tecnología toda la información sobre su obra, incluso a través de recortes de diarios, catálogos de sus exhibiciones, como crónicas de época, es muy encomiable y nos permite acercarnos al universo de Dardalla abarcando su vida cotidiana, su formación académica, sus obras y las reflexiones de la escultora sobre su producción.

Rescatar la figura de una artista en vida, siempre es una acción enriquecedora y trascendental para la historia reciente y la identidad del mundo del arte argentino.

María del Carmen Magaz, 2018